The 36 Lessons of Vivec

rendered in markdown with verse numbers and rubrics


Home  ∇  TES:III Edition  ∇  TES:Online Edition  ∇  Traditional Edition  ∇  Misc

Las Treinta y Seis Lecciones de Vivec

TES: Online Edition

Game Version: 9.2.7
Note: An archive of the original contents of the current versions of the complete text.


Sermón Veinte

El primer monstruo era en realidad dos, pues había nacido dos veces, como su madre-padre Vivec. No era el más poderoso de los ocho que escaparon de Muatra, pero sus acciones fueron las más preocupantes. Todos lo conocían como Eje Lunar y recolectaba las debilidades sobrantes de la naturaleza. Esto lo hacía dos veces, según se decía, y la segunda cosecha siempre traía la ruina o leyes no escritas. Su aspecto tenía varias caras, como un poliedro.

No se mencionaban peligros en el hallazgo de Eje Lunar, pero se sabía que era inmune a las lanzas, así que Vivec tuvo que usar la espada no blandida contra él. Antes de enfrentarse al monstruo, el poeta guerrero le preguntó:

«¿Cómo te volviste inmune a las lanzas?».

A lo que Eje Lunar respondió: «La mía es una naturaleza dual y proteica. De hecho, estoy hecho de muchas líneas rectas, aunque ninguna es demasiado larga. De este modo he aprendido a ignorar los segmentos verdaderos».

Por suerte, la espalda que no sostenía era curva y pudo cortar a Eje Lunar, que antes de que saliera el sol estaba sangrando por diversas heridas. Vivec no lo mató directamente porque, de haberlo hecho, habría mantenido las debilidades de la naturaleza en su interior y no habrían regresado a su lugar. Vivec pronto trazó la geografía de nuevo y Eje Lunar estaba listo para morir.

Vivec se alzó en su forma de gigante, que era terrible de contemplar. Se estiró hacia el oeste y sacó un cañón que sostuvo como si fuera un cuerno. Se estiró hacia el este y se comió un puñado de sabuesos nix. Sopló sus espíritus a través del cañón y dejó escapar un terrible lamento, no muy distinto al de una mujer irresoluta. «Deja que esto te sobrepase», y Eje Lunar se dejó sobrepasar por las curvaturas de las almas robadas. Envolvieron al monstruo como si fuera resina, hasta que no pudo moverse, ni tampoco su naturaleza dual. Vivec dijo: «Ya estás resuelto». Entonces, atravesó a su hijo con Muatra. Eje Lunar se había reducido a algo estático y, por lo tanto, se rompió en pedazos.

Los filósofos velothi recogieron las líneas de Eje Lunar y se las llevaron a unas cuevas. Allí, durante un año, Vivec enseñó a los filósofos a convertir las líneas de su hijo en los radios de las ruedas del misterio. Así nació la primera Escuela Giratoria. Hasta entonces solo había existido el pensamiento superficial del fuego.

Vivec miró a sus primeros alumnos del remolino y les dijo:

«Al igual que el universo de capas de huevo es como esta posesión mórbida de cobertura tridistante de alma naufragada y viva, mi nombre está vivo. En este claustro habéis descubierto un sendero por el que caminar, oblicuo como una espada pero más tosco. Tan afilado que se debe susurrar para evitar que la lengua sangre, donde sus señales evacúan sus antiguos significados, como los imperios que se demoran demasiado».

«La espada es el distanciamiento de la diplomacia».

«Observad las líneas de mi hijo, ahora en forma de estrella, cuyos miembros son equidistantes del centro. ¿Está resuelto porque yo lo quiero así? No puede haber una segunda etapa. Pensad en la teoría de que mi existencia promulga los cinco elementos y que, al igual que el universo de capas de huevo, soy la causa de una gran densidad. Aquí hay un pensamiento que puede romper el eje del carro, y aquí hay otro que puede elevarse. He aquí un pensamiento que puede romper el eje del carro, he aquí otro que puede remontar el vuelo».

El fin de las palabras es ALMSIVI.