Las Treinta y Seis Lecciones de Vivec
TES: Online Edition
Game Version: 9.2.7
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Sermón Trece
Eran días de Resdaynia, cuando los chimer y los dwemer vivían bajo el sabio y benevolente mandato del ALMSIVI y su campeón, el hortator. A veces, cuando los dioses de Veloth se retiraban para moldear el cosmos y ocuparse de otros asuntos, el hortator se sentía confuso. Vivec siempre estaba allí para aconsejarle, y esta es la segunda de las tres lecciones de los reyes soberanos.
«La sílaba secreta de la realeza es esta: (tendréis que aprenderla en otro lugar)».
«El mito temporal es el hombre».
«La cruz mágica es una integración de la valía de los mortales a costa de sus espíritus. Si la rodeáis con el triángulo empezaréis a ver la casa del Trino. Está dividida en rincones, gobernados por nuestros hermanos, los Cuatro Rincones: BAL, DAGON, MALAC y SHEOG. Girad el triángulo y perforaréis el corazón del Lugar del Principio, la sucia mentira, el testamento de lo irrefutable por un lapso. Por encima de todos está el horizonte en el que solo se alza uno, aunque todavía no se alza nadie allí. Es la prueba de lo nuevo, la promesa de los sabios. Desplegad el conjunto y obtendréis una estrella, que no es mi dominio, pero no está totalmente fuera de mi juicio. El gran diseño remonta el vuelo. No se transforma solo en una estrella, sino en un moscardón. El centro no se puede sostener. Se despoja de las líneas y los puntos. Se despoja de todo y se convierte en un receptáculo. Esta es su utilidad final. Esta es su promesa».
«La espada es la cruz y ALMSIVI es la casa del Trino que la rodea. Si tiene que haber un fin, yo debo desaparecer. El rey soberano tiene que saberlo y yo le pondré a prueba. Lo asesinaré una y otra vez hasta que lo sepa. Soy el defensor de lo último y lo postrero. Eliminarme es rellenar el corazón que permanece en letargo en el centro que no se puede sostener. Yo soy la espada, Ayem es la estrella y Seht es el mecanismo que permite la transformación del mundo. Nuestro deber es evitar que el compromiso se llene de mar negro».
«El sharmat duerme en el centro. No puede soportar que eliminen el mundo de referencia. Esta es la insensatez del falso soñador. Esta es la amnesia del sueño, o su poder o evasión. Esta es la magia más débil y está cubierta de púas venenosas».
«Esta es la razón por la que digo que el secreto de las espadas es que son el asiento de la misericordia. Mi trono. Me he convertido en la voz de ALMSIVI. El mundo me conocerá más que a mi hermano y a mi hermana. Soy el psicopompo. Soy el asesino de las hierbas de Veloth. Veloth es el centro que no se puede contener. Ayem es la trama. Seht es el final. Yo soy el enigma que debe ser eliminado. Por eso, mis palabras están armadas hasta los dientes».
«El rey soberano está destinado a alzarse contra mí y después ante mí. Está destinado a aprender de mi castigo. Le marcaré para que lo sepa. Está destinado a venir como hombre o mujer. Yo soy la forma que debe adquirir».
«Pues un rey soberano que ve a su equivalente en otro no gobierna nada».
Esto es lo que se le dijo al hortator cuando Vivec no estaba entero.
El fin de las palabras es ALMSIVI.