The 36 Lessons of Vivec

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Las Treinta y Seis Lecciones de Vivec

TES: Online Edition

Game Version: 9.2.7
Note: An archive of the original contents of the current versions of the complete text.


Sermón Once

Así eran los días de Resdaynia, cuando los chimer y los dwemer vivían bajo el sabio y benevolente mandato del ALMSIVI y su campeón, el hortator. Cuando los dioses de Veloth se retiraban para moldear el cosmos y ocuparse de otros asuntos, el hortator a veces se sentía confuso. Vivec siempre estaría allí para aconsejarle, y esta es la primera de las tres lecciones de los reyes soberanos.

«El mundo de la vigilia es la amnesia del sueño. Todos los ideales pueden resultar heridos de muerte. Una vez asesinados, los ideales se convierten en la estructura de la nostalgia futura. No abuses de tus poderes o te llevarán por el mal camino. Se perderán, se resentirán y, finalmente, engendrarán la semilla de la locura. Pronto serás el abuelo de un estado roto. Se burlará de ti. Se desmoronará como una piedra que recuerda que en realidad es agua».

«No guardes en tu casa nada que no necesites o que no sea bonito».

«Afronta la adversidad sin los obstáculos del mundo de las restricciones. El esplendor de las estrellas es el dominio de Ayem. El egoísmo del mar es de Seht. Yo gobierno el aire medio. El resto que quede en la tierra queda bajo tu mandato temporal. No hay hueso que no pueda romperse, salvo el del corazón. Lo vivirás dos veces a lo largo de tu vida. Agarra lo que puedas la primera vez y deja que nos ocupemos del resto.

«No hay un verdadero simbolismo en el centro. El sharmat creerá que sí. Creerá que puede provocar años de exuberancia por estar sentado en lo sagrado, cuando en realidad nadie puede abandonar ese estado y causar nada más que conflictos.

«Se da una vez más el caso de lo simbólico y lo estéril. El verdadero príncipe que está maldito y endemoniado será adorado por fin con el corazón gozoso. Según los códigos de Mephala no puede haber un arte oficial, solo puntos de complejidad que, con el tiempo, se borrarán del asombro de la gente. Este es un secreto que esconde otro. Una supervivencia impersonal no es el camino del rey soberano. Abraza el arte del pueblo y se casa con él, y con eso quiero decir que lo asesina en secreto».

«El rey soberano que ve en otro su equivalente no gobierna nada».

«El secreto de las armas es que son propiciatorias».

«El secreto del lenguaje es que es inamovible».

«El rey soberano viste, de la cabeza a los pies, una armaduras de llamas brillantes. Se redime con cada uno de sus actos. Su muerte solo es un diagrama que regresa al mundo de la vigilia. Duerme de la segunda manera. El sharmat es su doble y, por lo tanto, te preguntas si no gobiernas sobre nada».

«El hortator y el sharmat, uno y uno, once, un número poco elegante. ¿Cuál es más importante? Si cambiaran de lugar, ¿os daríais cuenta? Yo sí, y por eso me seguís necesitando».

«Según los códigos de Mephala, no hay diferencia entre el teorizador y el terrorista. Incluso el deseo más preciado desaparece en sus manos. Esta es la razón por la que Mephala tiene las manos negras. Lleva las vuestras a cada discusión. El rey, con una mano, no encuentra remedio. Sin embargo, cuando os acerquéis a Dios, cortaos las dos. Dios no necesita teorías y viste, de la cabeza a los pies, una armadura de terror».

El fin de las palabras es ALMSIVI.