Las Treinta y Seis Lecciones de Vivec
TES: Online Edition
Game Version: 9.2.7
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Sermón Uno
Nació en la ceniza entre los velothi, posteriormente conocidos como los chimer, antes de la guerra contra los norteños. Ayem fue la primera en llegar a la aldea de los pastores de netch y su sombra fue la de Boethiah, que era el príncipe de las conspiraciones. Lo conocido y lo desconocido se plegaba a su alrededor hasta que se convertía en algo similar a las estrellas o a los mensajes de las estrellas.
Ayem agarró a la esposa de un pastor de netch y le dijo:
«Soy la reina Cara de Serpiente de los Tres que son Uno. En tu interior hay una imagen y un conjuro de siete sílabas, AYEM AE SEHTI AE VEHK. Debes repetirlas hasta que llegue el misterio».
Entonces, Ayem arrojó a la esposa del pastor de netch al océano, donde los dreugh la llevaron a los castillos de cristal y coral. Además de concederle branquias y dedos de leche, cambiaron su sexo para que pudiera dar a luz a la imagen de un huevo. Allí permaneció siete u ocho meses.
Entonces, Seht se acercó a la esposa del pastor de netch y le dijo:
«Soy el rey mecánico de los Tres que son Uno. Llevas en tu interior un huevo de mi hermano-hermana que posee el conocimiento invisible de las palabras y las espadas y que deberás alimentar hasta que llegue el hortator».
Después, Seht extendió sus manos y surgieron multitudes de homúnculos, cada uno como una cuerda brillante a través del agua, y llevaron a la esposa del pastor de netch a la superficie y la dejaron sobre unos bancos de arena de la costa de Azura. Allí permaneció siete u ocho meses más, cuidando del conocimiento del huevo, susurrándole los códigos de Mephala, las profecías de Veloth e incluso las enseñanzas prohibidas de Trinimac.
Siete daedra se acercaron a ella una noche y cada uno de ellos le concedió al huevo nuevos movimientos que podría llevar a cabo moviendo determinados huesos. Se llamaban los barones Muévete Así. Después apareció un octavo daedra, un semipríncipe llamado Fa-Nuit-Hen, el multiplicador de los movimientos conocidos.
Y Fa-Nuit-Hen dijo:
«¿A quién esperas?».
La esposa del pastor de netch respondió que al hortator.
«Ve a la tierra de los Indoril en tres meses, cuando empezará la guerra. Ahora, debo regresar para seguir atormentando a los guerreros que cayeron y todavía se preguntan por qué, pero antes quiero enseñarte esto».
Entonces, los barones y el semipríncipe se unieron en un pilar de estilos de combate increíble y bailaron ante el huevo y su imagen de aprendizaje.
«Observa, pequeño Vehk, e identifica el rostro tras el esplendor de mi carruaje de cuchillas, pues en él se encuentra el camino del conflicto puro, perfecto en todos los sentidos. ¿Cuál es su número?».
Se dice que el número es el número de pájaros que pueden anidar en un antiguo árbol tibrol menos tres gramos de trabajo honrado, pero en sus últimos años, Vivec encontró uno mejor y compartió este secreto con su pueblo.
«Pues he aplastado un mundo con mi mano izquierda», dirá, «pero en mi mano derecha está el cómo podría haberme derrotado. El amor solo está bajo mi voluntad».
El fin de las palabras es ALMSIVI.